Hoy es un muelle vacío, y en sus galpones duermen las lanchas deportivas que usan en el río Gualeguay que se divierte en giros y recodos. En Gualeguay es un grito a voces; desde el Instituto Portuario de Entre Ríos lo confirman: podría conformarse un polo empresarial vinculado a frigoríficos y utilizarlo para sacar producción con barcazas, que complementarían en otros puertos; El poblado, donde aún resiste la casa natal de Juanele y unos 400 vecinos, se aferra a la posibilidad. Nunca murió del todo, pero es como si lo hubiese hecho. Es cierto que se mantuvo firme, como pudo y hasta donde se lo permitió el oscilante río con sus subidas intempestivas. Puerto Ruiz tiene un ángel distinto, un aura que parece protegerlo del inasible pero irrevocable paso del tiempo. Es probable que ese ángel que impide su desguace y lo mantiene al cobijo de las 400 almas que han decidido permanecer en su lecho no sea otro que el del poeta nacido el 11 de junio de 1896, casi 160 años después de su azarosa fu...