Juegos olímpicos de 1896
1896 fue un
año para recordar – los primeros juegos Olímpicos modernos después de una
recesión de casi 2000 años. Los organizadores de esta primera olimpíada en
Atenas tenían que decidir cuál de las
dos opciones era la idónea para diseñar la prueba de maratón olímpico: los 240
kilómetros de Esparta o los 39 kilómetros que existen entre Maratón y Atenas,
decidiendo elegir esta última. El vencedor de esta primera maratón olímpica,
fue un humilde pastor griego llamado Spyridon Louis, que finalizó la prueba con
un de tiempo de 3h.18,27 ante la
sorpresa y delirio de los 60 000 espectadores que llenaron el actual estadio de
mármol del Panatheinakos. Este modesto ciudadano, tuvo el honor de recordar a
todo el mundo la leyenda convertida en historia de aquella batalla de Maratón
cuyo aniversario cumple ahora sus 2.500 años.
Hay que
señalar que Spyridón Louis, no corrió nunca más otra maratón, pasando de ser un
humilde ciudadano a uno más acaudalado gracias a las generosidad de la Casa
Realy, comerciantes de la ciudad, que le facilitaron una vida cómoda hasta el
día de su fallecimiento acaecido en Marousse (Grecia) el día 24 de marzo de
1940 a la edad de 66 años.
Una mujer en un maratón
Katherine
Switzer fue la primera mujer en terminar un Maratón en el año de 1967. No fue
fácil, pues los organizadores mismos intentaron detenerla. Afortunadamente ella
tenía algunos de sus amigos alrededor de ella, protegiéndola y asegurándose que
la historia fuera hecha.
Nacida el 5
de enero de 1947 en Bamberg, República Federal de Alemania (donde su padre, un
mayor del Ejército de los Estados Unidos, estaba destinado), Kathrine Virginia
Switzer se crió en Virginia, donde se estableció su familia cuando tenía dos
años de edad. Estudió el George Marshall High School de Fairfax y se enroló en
la Universidad de Syracuse.
Aficionada a
correr gracias a su padre, que la animó desde que era una niña, Kathy Switzer
se enroló en el equipo de atletismo de su Universidad, donde entrenaba con los
chicos. Su entrenador empezó a hablarle de la maratón y ella decidió que quería
participar en una, pese a que en aquel entonces, las mujeres no participaban en
ellas. Este hecho no detuvo a Switzer y empezó a entrenar duro, hasta que
estuvo preparada. Se decidió por una de las maratones más famosas y con más
solera del mundo, la de Boston. Era el año 1967.
(Texto y fotos: Internet).
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