De alguna u otra manera, las adicciones están presentes
en la vida cotidiana de estos tiempos. El Dr. Gustavo de Vega, médico
psiquiatra de Rosario, advirtió sobre esta situación de manera profunda y
detallada en una brillante disertación que brindó el viernes 19 de julio pasado,
en la Sala “Padre Paoli”, de Larroque.
En la presente nota, se explican algunos de los conceptos
expuestos por el profesional rosarino, en la conferencia que organizó el Hospital “San
Isidro Labrador” y a la que asistió una nutrida cantidad de larroquenses.
SOCIEDAD DE CONSUMO:
El Dr. de Vega insta a comprender el fenómeno de las
adicciones, que es muy distinto a cómo se lo consideraba en el siglo XX. Hace
algunos años muchos autos no tenían airbags y la sociedad funcionaba a otro
ritmo. Hoy, ya avanzado el nuevo siglo y con la globalización se generan
condiciones para vivir en una sociedad de consumo permanente. En cada situación
cotidiana, somos bombardeados por anuncios publicitarios, tanto en la calle,
radio, televisión, diarios, revistas, internet. El vértigo, la inmediatez, la
sociedad de consumo, el exitismo. De Vega, pone mucho énfasis a la publicidad y
al márketing. Lo que desde hace unos años se llama neuro márketing, que apunta
no a la capacidad consciente del sujeto, para tomar decisiones, sino que le
habla al cerebro límbico, donde se registra todo lo relacionado con el
principio de placer. Ese proceso, que hoy todavía no tiene filtro, está
generando un cambio muy fuerte en los procesos de toma de decisiones. Hay un
empuje al consumo de lo que sea... aunque no sean drogas, como una situación
que, en principio, genera disfrute y rápidamente da lugar a una fuerte
insatisfacción.
Con el paso de los años las propuestas comerciales y de consumo
han crecido exponencialmente y se han instalado de manera vertiginosa. Saber
alertar a tiempo sobre los riesgos que esto implica es uno los factores clave
en la prevención porque es a partir del consumismo compulsivo que surgen las
adicciones en general.
ENFERMEDAD CRÓNICA
NO TRANSMISIBLE
Hoy sabemos que, luego de un tiempo de involucrarse en
situaciones adictivas o compulsivas, de consumo de alcohol, drogas, juego,
especialmente en la adolescencia y la juventud, se instala una problemática que
se reitera en el tiempo (crónico). Las adicciones se las debe considerar como
enfermedades crónicas no transmisibles, como son la diabetes, la hipertensión o
el asma bronquial.
Estas enfermedades adictivas no se pueden curar porque se
‘desconfigura’ una serie de circuitos neurobiológicos que normalmente permiten
que la persona regule su relación con el medio interno y el medio externo. Cuando
una persona está muchas horas al día conectada solo con su play, internet,
redes sociales, etc. empieza a tener una distorsión o desorganización en sus
funciones fisiológicas. Esto se vuelve un trastorno y el sujeto necesita hacer
un tratamiento para recuperarse. El diabético puede vivir sin estar ‘enfermo’,
puede tener una diabetes compensada y controlada mientras tome su medicación y
haga dieta y actividad física. Así puede vivir cien años; sin abandonar su
tratamiento. En este caso es lo mismo. En la medida que la persona toma ciertos
recaudos, puede vivir perfectamente pero no como curado, porque puede volver a
tomar alcohol y recaer. Por eso se habla de cronicidad y recuperación.
De Vega alerta sobre el inicio en el consumo de alcohol,
tabaco y drogas ilegales donde, tal vez, 25 años atrás un joven se iniciaba, en
promedio a los 18 años, hoy lo hace a los 11, 12 o 13 años. Las generaciones de
adolescentes que empiezan a consumir alcohol, tabaco y drogas muy precozmente, los hace vulnerable.
TORRE DE CONTROL:
El Dr. de Vega llama “Torre de control”, “Cerebro
ejecutivo” y “Director de orquesta” al sector pre-frontal y pensante del
cerebro. Si esta parte se ve afectada por estimulantes no puede dominar de
manera responsable sus actos e impulsos. Es decir, el adicto afectado por
sustancias ilegales, o por las permitidas como el alcohol, está fuera de sí,
“como si estuviera endemoniado”, y no puede dejar de consumirlas. Es preciso
para la recuperación que tanto el adicto, como sus familiares, realicen
terapias en diferentes grupos.
EDUCACIÓN:
También es importante dimensionar el contexto en que se
cría el individuo, que puede ser en un “apego seguro” (cuando existe el
contacto físico y emocional de manera repetida en el tiempo entre el adulto y
el niño, y éste se siente más seguro para explorar cuando tiene cerca su figura
de apego). O por el contrario, puede tratarse de un apego “ambivalente”,
“ansioso, desorganizado” o “evitativo”.
En la crianza, los chicos absorben lo que ocurre en la
casa, por ejemplo, si existe un ambiente de calidez y amor o si por el
contrario el ámbito es de hostilidad, violencia, incertidumbre. Gustavo de Vega
hace foco en las contrariedades de la educación que brindan los adultos a sus
hijos, como: decir una cosa y hacer la otra; no cumplir con lo que se dice;
mentir, etc.
“CABLEADO”:
El profesional rosarino mencionó a Abel Albino, fundador
de la Red Conin, quien se refiere al “cableado” del cerebro. Desde que nacemos
hasta los 20 años de edad, el cerebro requiere de un proceso de maduración y
ajustes neurobiológicos, que no debe estar alterado ni afectado por el consumo
de ninguna sustancia perjudicial, incluido el alcohol. Y además tener alimento
afectivo.
VIDA SALUDABLE:
Es por eso que sugiere que en la etapa del niño y luego
del adolescente la vida social transcurra de acuerdo al siguiente circuito:
familia – escuela – club – iglesia. En consecuencia, evitando las “previas” y
el consumo de alcohol, tabaco y sustancias ilegales y reforzando el mensaje
claro y unilateral.
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