Si creemos que le agradamos a todos, quiere decir que nos hemos esforzado para que eso suceda, dejando de lado lo que realmente hemos deseado decir o hacer. Eso indica que nuestro ser está atrapado en la profundidad de nuestra psiquis, en una celda con barrotes, que uno a uno nos ha ido imponiendo la cultura desde la infancia. Y, seguramente, nos paraliza el temor de perder la aceptación de los demás; buscamos la aprobación permanentemente; vivimos pendiente de lo que la gente piensa o considera de nosotros. Ser uno mismo no es actuar sin miramientos, sin medir las consecuencias. No quiere decir que podamos hacer abuso de las atribuciones que se nos han encomendado. No significa que procedamos de manera arbitraria cuando ello involucra a terceros. Tampoco se trata de buscar que los demás nos detesten o discriminen. Entonces, ¿cuál es la forma adecuada de ser o comportarse? Considero que ser uno mismo es un camino largo, que realizamos a través del tiempo, de la vida, ...