Hace unos días arribaron a nuestra ciudad Érica Barbarito (43) y Franco Andrade (41), junto a sus dos canes: “Noel” y “Esperanza”. Se trasladan en una camioneta Chevrolet P10 del año 73, convertida en “motorhome”, que bautizaron “La Nave Viajera”. Partieron de Mar del Plata el 4 de abril pasado. Permanecerán en Gualeguay, al menos, hasta este fin de semana.
En el mes de marzo dejaron de lado las comodidades de la casa que alquilaban y también un emprendimiento que ambos tenían en común para entregarse a la aventura de viajar. A pesar de algunos cuestionamientos que recibieron del círculo íntimo, “Eri” y Fran”, se mantuvieron firmes en la convicción de concretar este sueño, que venían planificando ya hace algunos años.
“Somos una familia que en marzo de este año salimos a vivir plenamente en la ruta. Nuestro proyecto principal es recorrer toda la Argentina. A principios de abril arribamos a Gualeguaychú y desde ahí continuamos el recorrido por la provincia”, cuenta “Fran” con gran entusiasmo.
Con
el mismo ímpetu, “Eri”, sigue contando: “continuamos el itinerario por
Concepción del Uruguay, Colón, San José, Federación, Chajarí. Esta última
ciudad nos gustó mucho, donde además logramos hacer muchas amistades, así que
nuestra estadía allí fue más larga de lo previsto; estuvimos 2 meses y medio.
Luego, continuamos por Federal, Sauce de Luna, La Paz, Paraná, Crespo y
Gualeguay. Después seguimos hacia Victoria y Diamante, que son dos ciudades que
nos quedaron pendientes visitar y luego regresamos a Mar del Plata para
celebrar las Fiestas Navideñas con nuestros familiares”.
Érica relata cómo nace esta travesía por el país. “Hacía muchos años que veníamos planificando este viaje. Siempre nos gustó la vida independiente. Cuando nos conocimos ambos trabajábamos en relación de dependencia, pero modificamos eso. Nos fuimos a vivir a Santa Clara del Mar, muy cerca de Mar del Plata. Estudié peluquería canina y siempre he tenido mucha relación con los animales e inauguramos un lavadero canino en nuestra casa. Así que trabajamos durante 5 años en eso y nos iba muy bien”.
En este sentido, Franco, agrega: “este proyecto era una llama interior que iba creciendo y queríamos hacerlo. Nos demandó mucho dinero y tiempo preparar la camioneta, y trabajo en el vehículo lo hicimos en el patio de nuestra casa, con ayuda de amigos. El armado nos llevó casi tres años”.
“Lo lindo es que no sabés qué va a pasar un día, a quién vas a conocer, a dónde vas a ir”, dijo “Eri”. La verdad que podés proyectar un montón de cosas pero después el universo se encarga de decirte lo que va a pasar. En este tiempo hemos aprendido a vivir el día a día. No planificamos lo que vamos a hacer mañana; lo importante es pasarla bien y vivir el presente. Nos movemos con lo que tenemos. No usamos tarjetas de crédito ni débito. Los gastos que tenemos son el combustible, la comida y el seguro del vehículo”.
Por último, expresó: “Queremos animar a la gente a que cumpla sus sueños porque realmente va a ser feliz. Es decir, no importa si el rebaño hace o no eso que a vos te gustaría hacer, o si te reditúa o no en lo económico. Lo importante es que, lo que uno elija, le haga bien espiritualmente”.
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