Diversos autores aportan a la construcción de nuestro objeto de investigación…
En
Gualeguay entre los entrevistados estuvieron: Raúl, lector de la Biblioteca Carlos
Mastronardi y concurrente a los cines en la época estudiada; Jorge Alarcón, periodista
y pionero de la radiofonía en la ciudad, hermano del fundador de LT 38; Daniel
Vuotto, quiosquero (vendedor además de revistas y libros); José, proyectorista
durante décadas en los cines de Gualeguay; José Dellagiustina, administrador de
la Sociedad Italiana de Gualeguay, sala de teatro y cine; Aníbal Vescina, profesor
de biología y empleado de la biblioteca Carlos Mastronardi de Gualeguay desde
hace décadas. Nos acerca información, imágenes y su propia experiencia. Nos
brindó información sobre el cine y sobre cómo comenzó a ver televisión en la
casa de su tío por primera vez.
Gualeguay
tuvo dos salas de cine (el Cine Variedades y el Cine Mayo) con proyecciones
diarias, además de la Sociedad Italiana -con gran afluencia de público según
cuentan los testimonios recogidos. Las crónicas de la época dan cuenta que los
distribuidores de Buenos Aires quedaban sorprendidos por la cantidad de boletos
que se cortaban en Gualeguay.
Los
Cines Mayo y Variedades ya no funcionan. Del primero se mantiene edificio, aunque desmantelado, ya que en el allí funciona un negocio de venta de motos
(luego otros emprendimientos); aunque aún conserva la fachada original y su
cartel. El Variedades se ha convertido en un salón de fiestas que tiene el
mismo nombre y ofrece ambientación como cine con las máquinas de proyección
exhibidas en el hall, el sector de la boletería como recepción de invitados, en
un excelente estado de restauración que pudimos conocer y registrar
fotográficamente.
La
que aún permanece en pie es la de la Sociedad Italiana de Gualeguay. Con una
importante agenda de eventos, allí se realizan bailes, obras de teatro, se
enseñan diferentes disciplinas y se organizan reuniones, entre otras
actividades. Funciona como Centro Cultural y mantiene abierta la sala de
cine-teatro para proyecciones y obras programadas, algunas de ellas provenientes
de carteleras nacionales.
Las salas de cine constituyeron sin dudas espacios vinculados a la sociabilidad de la época. Además de ofrecer la proyección de películas y puesta de obras de teatro, generaron momentos de encuentro y esparcimiento que se adaptaban a otras necesidades sociales. En los testimonios y registros de imágenes de la prensa se da cuenta de cómo a veces se desmontaba la sala y se quitaban las butacas para instalar mesas durante los eventos de gala o bailes sociales de la época en fechas importantes.
En
el cine los espectadores se encontraban con otros ciudadanos con quienes trabajaban
durante el día. Los niños asistían a funciones especiales en vacaciones y los
adultos tenían funciones a las cuales asistían sin los niños. Antes y luego de
las funciones, algunos testimonios plantean que se cenaba o se tomaba un café.
Al finalizar las mismas se conversaba sobre la película que se había visto. Era
muy común antes de ir a la confitería, que había una muy famosa acá en la esquina,
donde está el edificio, que era la confitería El Águila, era muy tradicional de
Gualeguay. Entonces se iba a hacer un poquito el tiempo, a tomar alguna copa o
alguna cosa y después se iba al cine. Algunos esperan la salida del cine para
ir a cenar... (Jorge, Gualeguay). Resultan interesantes algunos efectos provocados
por el cine en los espectadores que relatan el temor que sentían al caminar
hacia su casa, después de haber visto en el cine una película de terror. Uno
venía al cine y te ponías el traje, cuando veías una película de terror vos
salías mirando para el costado...recuerdo que en el trayecto a mi casa había
una estación de servicio, y pasaba por ahí, porque estaba el sereno...no
agarraba por otra calle aledaña. (Raúl, Gualeguay).
(FUENTE: meryvignatty,+UNL_Culturas14+10.pdf).
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