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Comunidad de "San José": Una historia, muchas vidas

Imagen panorámica de la parroquia "San José" en 1937.

En el año 1883, Gualeguay se ve sorprendida. Monumentales obras públicas empezaban a realizarse, dentro de las cuales encontramos el empedrado de las principales calles, la construcción del Mercado de Abasto, el camino hacia el Puerto Ruiz, el principal puente sobre el río Gualeguay, entre otros.

En esta época de emprendimiento, nos asomamos al año 1885, cuando un grupo de personas de Gualeguay fue convocado por el Doctor José Marcó. El objetivo de esa convocatoria era combatir la pobreza, la ignorancia y el abandono fundando un Asilo de Menores. El objeto del asilo era proteger y formar a menores desamparados y hacer de ellos personas de bien.

Este noble proyecto tuvo una gran repercusión en nuestra ciudad. Inmediatamente el sueño se hizo realidad y los voluntarios constituyeron una comisión integrada por veintitrés personas, dentro de los que se destacaron, las cuales solicitaron la presencia de las religiosas de San José.

UN SUEÑO QUE SE HACE REALIDAD:

El proyecto, exitoso en su convocatoria, debía hacerse realidad. Para eso era necesario el terreno para construir el edificio donde funcionaría el Asilo de Menores.

En 1885, el Sr. Marcó junto al Padre Juan Vilar solicitaron a la municipalidad el terreno, que se encontraba frente a la "Plaza Nueva", hoy "Plaza San Martín", el cual se encontraba cubierto de matorrales, basuras, con un amplio desorden y en un barrio muy despoblado.

Ante la solicitud, el Concejo Deliberante cedió gratuitamente el terreno a favor de la asociación "Asilo de Menores". Inmediatamente se procede a la construcción del edificio. Mientras las tareas de construcción se realizan, la Madre Felicia, Superiora General, consideró propicio para la Congregación atender al deseo de los fundadores del Asilo de Menores. En febrero de 1887 vienen rumbo a Gualeguay la madre Teresa de la Cruz, y las Hermanas Brígida, María y Rosalía.

Al llegar a Gualeguay fueron recibidas por el párroco Juan Vilar y miembros de la comisión directiva. La presencia de las Hermanas, entusiasmó aún más el trabajo de los nobles fundadores, quienes encabezados por el doctor José Marcó, impulsor de la obra, resolvieron que la inauguración se lleve adelante el 19 de marzo de 1887, fecha del Santo Patrono. Ese día, tan cálido para los intereses de nuestra institución, el sueño se hizo realidad. En un solemne acto se bendijo el establecimiento, siendo encargado de esto el Padre Juan Vilar, promotor e iniciador del asilo.

Como próximo paso se eligió un padrino y una madrina, para que protegieran y ampararan el nuevo edificio. El padrino elegido fue el gobernador de Entre Ríos, Clemente Basavilvaso, quien acepta gustoso el padrinazgo, enviando a un representante, el presidente de la comisión directiva, el doctor Marcó. Seguidamente se eligió como madrina a la señora Jacinta Soto de Martínez, quien aceptó inmediatamente.

La ceremonia fue sencilla, en el archivo del colegio, está el programa de invitación, el mismo era: "A las 8 hs de la mañana del día 19 de marzo de 1887 las autoridades nacionales, provinciales y locales y los socios del asilo, se reunirán en casa del vice-presidente de la comisión (padre Juan Vilar) casa parroquia 1, de donde saldrán en corporación por la calle San Antonio al Norte dirigiéndose a la iglesia San José, debiendo en el tránsito incorporar a la comitiva al presidente de la Sociedad Dr. José Marcó, que en representación del señor gobernador, será el padrino de la bendición del asilo, acompañado de doña Jacinta Soto de Martínez, la madrina.

Llegada la concurrencia a la iglesia saldrá en procesión al local del asilo y se procederá a la solemne bendición. Inmediatamente tendrá lugar la misa en la referida iglesia y en el ofertorio el orador sagrado (…), pronunciará un sermón de circunstancia.

Terminada la función religiosa, las autoridades y socios acompañaran al representante del padrino y las socias a la madrina hasta sus domicilios". Al día siguiente empezó a funcionar el colegio anexo, y se recibieron las primeras asiladas.

LAS HERMANAS “SAN JOSE”, LAS ELEGIDAS:

Redactados los estatutos y contando con el terreno para la construcción del edificio, los miembros de la Comisión Directiva influenciados por su fe cristiana, decidieron poner al frente del asilo a un grupo de religiosas.

Estaban convencidos que eran las más adecuadas y capacitadas para llevar a cabo los objetivos del asilo, que eran "formación moral, intelectual y religiosa de los internos, formando personas útiles y capaces para la sociedad". Acordado tal punto se decidió encargar el doctor Morán la búsqueda y contratación de las hermanas.

Los primeros intentos de organización fracasaron, debido a que ni la congregación de "San Vicente de Paul" ni la de "Nuestra señora del Huerto" contaban con Hermanas que pudieran enviar, ya que era tal la cantidad de establecimientos que tenían a su cargo, que todas estaban destinadas a alguno.

Pero finalmente, el Padre Juan Vilar encontró en San Jerónimo, provincia de Santa Fe, a un grupo de religiosas francesas, las hermanas de San José, que vivían allí desde hacía cuatro años, informó a la comisión que quizás contaba con las tres personas que se necesitaban.

La Congregación, al recibir la solicitud, viendo la seriedad de la obra y reconociendo la presencia de Dios, aceptó rápidamente.

La voluntad de las hermanas se hizo realidad. El hogar que dirigirían sería para niñas, pues según argumentaron a la Comisión Directiva, no contaban con recursos humanos y económicos suficientes para atender a varones menores.

Cuatro Hermanas se pusieron al frente del Hogar, viviendo del pueblo de San Jerónimo. Ellas eran la Reverenda Madre Teresa de la Cruz, y las tres hermanas, Brígida, Rosalía y María.

El 8 de marzo de 1887, la superiora, Madre Teresa de la Cruz, se hizo cargo de administrar el asilo, tarea que desempeñó de manera impecable por veintitrés años, hasta el año 1910, cuando se la nombró vicaria general de la congregación.

LA PARROQUIA "SAN JOSÉ", HERMANAS DEL HOGAR Y EL COLEGIO:

La capilla de San José fue inaugurada el 19 de marzo de 1869, pero hacia 1876 fue necesaria la incorporación de un párroco permanente, debido al largo trayecto que debían recorrer diariamente los habitantes del Norte para llegar al templo San Antonio. Finalmente, después de 18 años, en 1894, arribó un capellán, el Padre Antonio Caubone.

Todos los ciudadanos, incluyendo las hermanas, se encontraban satisfechos con el sacerdote debido a que no sería necesario concurrir a la Parroquia San Antonio para cumplir sus oficios religiosos.

Comenzaba a partir de este momento un estrecho vínculo entre las dos entidades, lazo fraternal que aún se mantiene a través de la asistencia espiritual.

EL COLEGIO "SAN JOSÉ" Y LOS INICIOS DE LA EDUCACIÓN SISTEMÁTICA:

Recordemos que uno de los objetivos de la institución era educar a las asiladas, razón por la cual se construyó el colegio al lado del Asilo. Dicho colegio lleva su nombre en honor al santo patriarca San José. Como quedó establecido anteriormente, las tareas escolares comenzaron el 20 marzo, siendo las mismas Hermanas las encargadas de impartir la educación sistemática a las niñas del Asilo.

Antes de la inauguración, más precisamente el 15 de marzo, surgió una nueva Comisión Directiva, fuertemente comprometida con la educación que recibirían las niñas. Establecieron, de común acuerdo con la Congregación, que el plan de estudios estuviese sujeto a la ley de educación vigente, el material de trabajo seria abonado por los padres o tutores de la alumnas, mientras que el colegio debía cederles lapiceras, tizas, tintas, mediante un abono mensual de cada alumna.

El edificio contaba con cuatro aulas destinadas a las clases, de distintas superficies. Tenía tres patios de recreo y una secretaria. El material de trabajo era todo nuevo y se encontraba en perfectas condiciones.

Los docentes que integraban este establecimiento eran la superiora y directora del colegio, Sor María Teresa de la Cruz. También se encontraban dos maestras, la Hermana Rosalía y la Hermana María. Al cuidado de las niñas asiladas estaba la Hermana Brígida y como cocinera la Hermana Rosalía.

El asilo tenía en claro que una vez educadas las niñas, tendrían que ser colocadas en un trabajo al llegar a la mayoría de edad. El asilo era felicitado por la provincia de Entre Ríos por todas las tareas laboriosas y virtuosas que hacían con las internas, dándoles un futuro mejor.

El número de hermanas también iba aumentando con el paso de los años en forma proporcional. Ante el creciente número de chicas viviendo en el Asilo, la necesidad de atención se incrementó, por lo que hacia 1894 se encontraban en el hogar ocho Hermanas, que tenían a su cargo también, el dictado de clases.

Además de las ampliaciones edilicias que se realizaban gracias al aporte desinteresado del pueblo gualeguayense, la Escuela contaba con socios honorarios, que brindaban dinero para el buen funcionamiento de ésta.

El correr de los años venideros mostró un creciente progreso del Asilo y la Escuela. No solo se incrementa el número de asiladas, sino que el Colegio es reconocido por su nivel académico.

Es digno destacar que este asilo no solo favoreció a la comunidad de Gualeguay, sino también a muchos pueblos cercanos y personas del campo que dejaban a sus hijas en el asilo como niñas externas. Ciento veinte años han pasado desde que un grupo de hermanas llegan a Gualeguay para hacerse cargo del asilo de menores y del colegio para niñas.

Gualeguay fue uno de los primeros pueblos de la provincia que contó con el beneficio de la llegada de un grupo de monjas que se' ocuparían no solamente del auxilio de niñas huérfanas sino también tendrían a su cargo la educación e instrucción de niñas de todas las clases sociales sin distinción alguna, sobre todo orientada hacia la religión y el trabajo.

Hasta 1904, el Colegio "San José" funcionó como escuela elemental; bajo el amparo de la Ley de Educación Oficial de la Provincia. Es luego de esta fecha cuando se organiza un plan de estudio para escuelas particulares, sancionado por la Dirección General de Enseñanza.

La Institución considerada una escuela particular, surge de la iniciativa de la comisión de caballeros, comienza a utilizar este plan de estudio con la finalidad de perfeccionar la educación y orientarla hacia el trabajo.

LA ESCUELA PROFESIONAL:

Vilar propuso la idea de crear una "Escuela Profesional", para que las chicas tengan una capacitación laboral y aprendan los quehaceres de una madre de familia.

El Decreto del 18 de marzo de 1892, por el cual el gobierno de la provincia apoyaba a este tipo de escuelas, permitía a las niñas tener un conocimiento previo de lo que realizan las amas de casa.

Se solicitó la autorización al gobierno para fundarla y una colaboración económica para apoyar la marcha. Lo pedido fue positivo y el nuevo proyecto se hizo realidad el 14 de mayo de 1894  mediante decreto provincial.

Este nuevo emprendimiento contó con el fuerte compromiso de la Sra. Isabel Millán, quien donó el dinero necesario para ampliar las instalaciones donde funcionaría esta Escuela. El reconocimiento fue tal que en su honor se nombró al nuevo edificio "Santa Isabel".

Dos nuevas hermanas administraron la escuela taller: Sor Josefa y Sor Adela.

Se dictaban cursos especiales de cortes y confección, bordado a mano y máquina, tejido y trabajos de telares. Aunque la escuela había comenzado a dictar sus clases, en 1893 no había sido todavía bendecida, por lo que decidieron hacerlo en la fecha del 25 de febrero de 1894. El mayor logro del asilo fue incorporar la Escuela Taller "Santa Isabel" a la escuela profesional nacional de mujeres, establecido en la parroquia San José.


COMPROMISO SOCIAL:

El fuerte compromiso de la comunidad de Gualeguay con la Institución no se observa solamente al momento de la fundación. A lo largo de su historia, el Asilo y el Colegio contaron con el apoyo y el compromiso de sus seguidores quienes constantemente se preocuparon por el futuro de las alumnas.

Transcurridos los años nació, el objetivo de formar la sociedad de ex - alumnas. Sus fines eran fomentar la unión, los valores y la amistad hacia el colegio. Para contribuir con la Institución que durante tantos años tanto les había brindado organizaban rifas cuyas ganancias destinaban a las niñas.

En el año 1941, se realizó una obra muy agradable e importante; la creación de la "Caja Dotal". Este reglamento establecía que las jóvenes tendrían que ahorrar, para que cuando tengan edad posean los útiles necesarios para trabajar formalmente. Esta caja era administrada por la superiora del asilo, la presidenta de la comisión, la secretaria y la tesorera.

Todos los logros fueron realizados gracias a las personas que administraban, realizaban donaciones, y daban ideas constructivas. Las donaciones recibidas por el Hogar fueron muy importantes. El cariño despertado en la comunidad de Gualeguay, ante tan noble tarea de las hermanas, permitió que hacia 1944, la Institución reciba importantes recursos gracias a los cuales pudo para 1957, lograr un campo de ejercicios para las niñas del hogar. En los últimos tiempos, los alumnos del colegio e Instituto San José, practican deportes en el terreno.

Si bien el establecimiento recibió donaciones en dinero, terrenos, comestibles, y vestimenta durante su existencia, en 1943, después del fallecimiento del Doctor Bartolomé Vasallo, el duro sacrificio monetario se vio recompensado.

En su testamento, Vasallo establecía la entrega de la Estancia "El Atalaya" al Hogar San José, y como conclusión la Institución debía encarar los gastos de la misma.

ESCUELA Nº 34 “MANUEL BELGRANO”:

El número de alumnos en el siglo XX aumentó considerablemente, llamándose la Institución genéricamente como Colegio y Hogar de Menores. Al Colegio, que estaba autorizado por el Consejo General de Educación, se le asignó el número 34, adjunto con el nombre "Manuel Belgrano", aunque la gente continuó llamando al establecimiento de nivel primario con el nombre "San José".

En el año 1945, por decreto provincial se creó la Superintendencia del Patronato de Menores y el Hogar Asilo. Este organismo, que tenía a su cargo la supervisión del Hogar, en todas las inspecciones realizadas elogió la excelente administración de las Hermanas.

El tiempo transcurría y durante muchos años la educación no estuvo incorporada a la enseñanza oficial; en consecuencia, los alumnos, rendían los exámenes en la Escuela Fiscal Nº 1 (Escuela Castelli).

Recién en el año 1960, la enseñanza oficial fue un hecho consumado para nuestro colegio. Entonces, ya se podían otorgar certificados correspondientes a los 6 grados de la escuela primaria, con lo que 470 niñas se beneficiaron.

INSTITUTO SAN JOSÉ:

El gran paso de las Hermanas, en pleno siglo XX que significó un nuevo compromiso con la educación fue la implementación del nivel secundario.

Este logro fue el resultado de la necesidad de educar a las jóvenes que egresaban de su instrucción primaria sin contar con la posibilidad de mantener ese espacio de contención que les brindaban las hermanas.

Las egresadas, no solo se formarían en lo personal, sino que actuarían como agentes multiplicadores de todo aquello que las Religiosas entregaban en sus clases. Las egresadas, con sus títulos de maestras normales contribuyeron a propagar la llama de la fe y la cultura que encendieron desde 1887 los fundadores del Asilo y el Colegio.

Esta nueva sección del establecimiento fue llamado "Instituto San José", en reconocimiento al nombre que el padre Medaille dio al proyecto, siendo su primera rectora la Hermana Juana María Armelín.

El Nivel Medio en sus inicios, en 1961, fue solo de sexo femenino y el primer grupo contó con 33 alumnas egresando la primera promoción de maestras en diciembre de 1965.

Muchos fueron los profesores que educaron en esta maravillosa Institución, abriéndose claros diálogos, participando y propagando un espíritu solidario acompañado de una fuerte disciplina.

En 1977 se edificó la sala de profesores, el interior del edificio fue pintado, se refaccionó el patio de la entrada y se trasladó el mástil junto a la galería.

La Hermana Armelín, estuvo desde el 13 de marzo de 1961, hasta el 28 de febrero de 1966, la reemplazó la hermana Haydee Benítez hasta el 15 de marzo de 1970, sustituida por la hermana Diamantina Martínez, hasta el 17 de marzo de 1974.

En 1974, se encontraba como rectora la señorita profesora Manuela Nieves Valenti, acompañada en su gestión por un grupo de profesores y demás hermanas hasta su jubilación en 1987, siendo reemplazada por la Hermana Ana María Sprauer, hasta la gestión de la profesora Helem Bur de Neffa, que se desempeñó en su cargo hasta 1999.


(Méritos a quienes recopilaron estos datos históricos).

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