-Significa que tenemos que reaprender todo y mantenernos en sintonía permanente con nuestros pensamientos, dado que los mismos permiten crear nuestros sentimientos y nuestra realidad.
-Significa que debemos reconocer nuestros puntos fuertes y, especialmente, los débiles. Aceptar que tenemos imperfecciones, malos hábitos, conductas inapropiadas y revertir esto paulatinamente. También es necesario ir desintegrando nuestros prejuicios o preconceptos.
-Significa que tenemos que asumir nuestra plena responsabilidad por la vida que llevamos adelante, con sus respectivas consecuencias. Y esto implica dejar de caer en la victimización, en el lamento, en buscar la aprobación de los demás, en buscar agradarles o querer impresionarlos. Somos seres valiosos por lo tanto dependemos de nosotros mismos. Y no tenemos que esperar que alguien nos indique lo que tenemos que hacer. En la prueba y error es donde aprendemos. No tenemos que delegar nuestro poder en los demás, sino que tenemos que asumir esa autoridad para hacernos cargo de nuestra vida. En la medida en que vayamos descubriendo nuestro enorme potencial, iremos comprendiendo mejor estos conceptos.
-Significa vivir en coherencia; es decir, pensar, sentir y hacer las cosas en un mismo sentido.
-Significa crecer y expandir infinitamente la conciencia. Esto implica darnos cuenta de lo que somos y de todo lo que nos rodea y cómo se produce la interacción entre ambas cosas.
-Significa que tenemos que procurar ser nosotros mismos, todo el tiempo, ejerciendo como valores principales la libertad, la responsabilidad y la conciencia. Es decir, es imperioso reconectarnos con el ser puro que todos somos en esencia. Y para ello es necesario conocernos mejor e ir incursionando distintas formas de ser y, en ese afán de cambio, seguramente nos vamos a equivocar mil veces, pero es la forma de lograr los progresos hasta alcanzar la esencia de nuestro ser. Si razonamos que podemos ir corrigiéndonos en ese trayecto de transformación, luego nos equivocaremos menos.
-Significa que debemos observar cómo son nuestras actitudes hacia los demás. Esto depende en gran medida de nuestra autoestima –si es alta o baja- y en cómo vamos corrigiendo, especialmente, nuestros estados reaccionarios. Es importante, en este sentido, saber que, con nuestra palabra, con el tono incluido, podemos curar o herir, crear o destruir.
-Significa que, si queremos que nuestra vida y el mundo cambien para mejor, eso, depende pura y exclusivamente de nosotros. Lo que nos devuelve el exterior es lo que surge de nuestro interior, o hemos ido creando desde el mismo.
-Significa que tenemos que llevar la vida que deseamos, que elegimos, que sentimos, que planificamos y no por el contrario aquella que quieren los demás que hagamos o que señalan los mandatos sociales o culturales.
-Significa que somos los autores de nuestra vida, los capitanes de nuestro barco, los creadores de nuestra realidad.
-Significa que tenemos que buscar nuestra libertad interior en todo momento, guiados por la intuición y el criterio, y esto lo iremos comprendiendo en la medida en que vayamos aplicando estos conceptos.
-Significa que, en todo momento, debemos estar atentos a nuestros pensamientos porque es a partir de allí generamos las emociones y comportamientos. Otra cuestión es el enojo; siempre permitimos enojarnos por algo o ser indiferentes. También aquello de las quejas, críticas, condenas. Si logramos estar atentos a esto, administraremos óptimamente nuestras energías para realizar decenas de cosas que no hacemos, justamente, por el agotamiento que nos generan malgastarlas.
-Significa que debemos estar decididos a cambiar hacia un mejor ser humano porque eso es lo que me demanda la Nueva Era en la que estamos viviendo. Convengamos que querer conocer la verdad de las cosas, incluyendo la de uno mismo es un camino solitario que, en general, no queremos hacer por desconocimiento o por temor, que, por cierto, ambas van de la mano. Entonces, primeramente, debemos tener la valentía de emprender ese camino interior diario.
- Significa que, mediante la experimentación y el auto-conocimiento, debemos descubrir nuestros dones, virtudes, habilidades y vivir en armonía con estas aptitudes. Desde luego, que en esta sintonía iremos enriqueciendo nuestra autoestima o auto-valía, lo que permitirá mantener nuestra fortaleza espiritual.
-Significa que, a partir de que, hemos comprendido cómo se genera la transformación del ser, un proceso, por cierto, que es infinito, debemos continuarlo con perseverancia, optimismo, entusiasmo, alegría, auto-reanimación, a sabiendas que todo lo que necesitamos está dentro nuestro.
Comentarios
Publicar un comentario