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PEDRO GUZZONATTO TAMBIÉN DESTACÓ EL GRAN TRABAJO QUE SE REALIZÓ POR EL CLUB

                             Pedro Guzzonatto junto a su amigo Bonifacio Meoniz.


Nacido en el Quinto Distrito de nuestro Departamento, se radicó en la ciudad cuando tenía 25 años de edad. Rápidamente conoció un puñado de entusiastas dirigentes que lo entusiasmaron con la idea de integrar el club norteño. 
Pedro Emilio Guzzonato formó parte de la dirigencia desde 1970 hasta 1996. Con gran emotividad y satisfacción nos contó algunas de las obras que se hicieron en Barrio Norte, donde destacó la solidaridad de la gente y de los compañeros de comisión directiva.

 

En el inicio, Guzzonatto, señaló: “En marzo de 1970, llego del 5to distrito para trabajar en la ciudad, en la carpintería de Meda, y en ese momento conocí a Roberto Valbusa, Meoniz y Oscar Ortiz. Y ellos me dijeron, ‘vos que sos trabajador, se ve que sos humilde, no te animás a integrar la comisión directiva de Barrio Norte’. Además me dijeron que ‘hay buena gente y en poco tiempo más habrá asamblea y ya podrías integrar en la misma’. Entonces, los acompañé ahí y cuando llegué al club conocí, entre otros, al presidente, Torcuato Burone; al vicepresidente, Francisco “Pancho” Burlando; Juan Airala; al secretario, Julio González. En otros cargos de la comisión directiva estaban: Alberto Badaracco, Juan H. Ponce, Ramón Barreto, Pablo Provera, Roberto Paz, Oscar Ortiz; Martín Meoniz; Roberto Valbusa; Pablo Denardi, Gerardo Calderón, Pedro Guzzonatto, Atilio Cabral, Pedro Reynoso, Rubén Daros, Ricardo Benítez, Enrique Sánchez, Carlos Martínez, Alfredo González, “Gallo” Dalvano, Juan Larrateguy, Amilio Albornoz, Julio Cerrudo, Carlos Cardozo. Ellos estuvieron en esos primeros años de la  década del 70”. 
“La mayoría éramos empleados y dejábamos de hacer nuestras tareas a la seis de la tarde y a las 6 y 20 estábamos trabajando para Barrio Norte”, indicó. “Entre otras obras, hicimos los parantes de la cancha de fútbol y la armamos la cancha. Fue una cosa que nadie esperaba eso que pase en Gualeguay. En aquella época el tejido de la cancha no sé si tenía 1 metro de altura. Después un reglamento dispuso que debía que tener 1.80 y después otro de 2.40”.
“Todos los vecinos colaboran, había muy buena gente. Mi casa estaba a unas 25 cuadras del club pero no tenía problemas en ir en bicicleta o en auto, la cuestión era que siempre trabajábamos por el club”, resaltó Guzzonatto. 
“La obra que inicié y que fue el boom de ese año fue la construcción de las tribunas. Hablé con varios directivos y todos decían “de dónde vamos a sacar dinero, si no nos alcanza…” hasta que por ahí a “Pocha” Badaracco lo convencí de que yo haría las columnas, dado que tenía los materiales y los donaba. Y después cuando estaban hechas, en vísperas del aniversario del club, y como yo trabajaba con lo Meda, le dije al presidente si él hacía los hoyos para las columnas y luego las llenábamos. Y así fue. Voy ese día a llenarlas, estaban las columnas alineadas y viene uno de la empresa constructora con el hormigón ya hecho para las columnas y se hizo la obra. Era una novedad: Barrio Norte con tribunas. Entonces, apareció un hombre, de saco y corbata, que nadie lo conocía y se presentó. Dice: yo soy Roberto Romani y a mí me manda Mario Alarcón por el tema de la construcción de las tribunas y quiere hacerle una nota a usted. Y así fue, me hizo la entrevista Alarcón y luego todos me dijeron que estuve bien. Pero el momento emocionante fue cuando llegué a mi barrio porque todos los vecinos me dijeron: “Pedro, te escuché en la radio”. Y me felicitaron. La radio también nacía en ese entonces. Así que eso fue un aliciente muy especial para seguir adelante con los trabajos en el club”.
Asimismo, sobre esta importante obra, Guzzonatto, agregó: “cuando la gente vio la foto en el diario de las columnas de la tribuna que estaban colocadas, “Pepe” Badaracco salió a pedir una pequeña colaboración a los amigos y llegó a mi casa y se le cayeron las lágrimas. Y me dice: “Pedro, nunca pensé que la gente iba a colaborar tanto. Obtuvo 10 barra fierros de un lugar y 10 de otro, y trajo la orden del frigorífico “El Conde” por 100 barras de fierro. Entonces me vi en la obligación de seguir la obra porque pensaba hacer cuatro columnas e hicimos doce. Hoy ya no están porque hicieron otra tribuna gigante, se hizo el tapial y otras remodelaciones”. 
“Hay gente, vecinos, amigos que ellos ven que el club va progresando, entonces te brindan colaboración. Como es el caso de unas mujeres vecinas, que sin cobrar nada, lavaban la ropa del equipo de fútbol. Y un día “Pocha” Badaracco me dice “hablé con Fauré, que tenía lavadero, llévele el equipo que él se lo va a lavar sin cargo alguno”. Entonces, esas son ayudas fueron valiosas y desinteresadas. Y así mucha gente anónima fue aportando un granito de arena”. 
Finalmente, Guzzonatto, manifestó: “Agradezco a todos los que nos brindaron la amistad. A todos los ex compañeros de las comisiones directivas que integré. Estuve desde el año 1970 hasta 1996. Hoy, el club está hermoso y afortunadamente la gente colaborando”.



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