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Miembros directivos, docentes y colaboradores de la institución (foto). |
La
escuela se fundó el 18 de septiembre de 1967, por iniciativa de las señoras
María Amelia Saizar de Amado e Isolda Odériz de Rubio, ante la necesidad de una
institución de educación especial para sus hijas, que hasta ese momento no
había en nuestra ciudad.
Por
sugerencia de la Dra. Lidia F. de Coriat, quien hizo de nexo con el presidente
de la Asociación Surco de Esperanza, de Concepción del Uruguay, que colaboró
desde su experiencia, se abocaron a la tarea: interesaron a un grupo de padres
de chicos con similares necesidades a los de ellas, y con la ayuda de la Liga
de Madres de Familia, la Cruz Roja, el abogado Dr. Augusto Bisso y un grupo
desinteresado de educadoras especiales de Gualeguaychú entre otros, formaron la
primera comisión directiva.
Pensando
en “Luz” como visión de esperanza eligieron el nombre: Lucecitas. La señora
Verena Duvillard prestó su casa para que funcionara la escuela, que en sus
inicios contaba con 17 alumnos y 10 maestras, más dos médicos y una ordenanza.
En 1968 se aprobaron los estatutos y se le otorgó la personería jurídica. Ese
mismo año se compró la casa donde funcionaba la escuela con un préstamo del
banco.
(Por
Genara Pabón Ezpeleta para EL DEBATE - PREGÓN -2024).
*“Lucecitas, una escuela
imprescindible”
“El
viernes 7 de abril de 2017 fue un encuentro del ayer y del hoy, un encuentro
que está unido por algo tan querido como es “Lucecitas”.
Estuvieron presentes Marito Amado, Marta Barroetaveña, Elena Saizar, Chola Garat, Teresa Askar, Cielito Firpo, Chonina Berisso, Mara Falcón, Pini Benedetti, Paola Costa, Gabriela Gianello, Laura Manterola, Amalia Impini.
Elena Saizar recuerda: “De las primeras reuniones participaban un reducido grupo de padres y las mismas se llevaban a cabo en la calle Urquiza, el lado de la de estación de servicio Esso. Entre las personas que se recuerdan en las primeras reuniones están Augusto y Marilin Bisso, Carlos Izaguirre, Chola Rubio, Tita Bonzón y varias personas más interesadas en la creación de la institución. El Dr. Augusto Bisso fue quien redactó el Estatuto que hasta el día de hoy es con el que cuenta la escuela, sólo con algunas modificaciones. El impulso que provocó que este grupo de padres hiciera una escuela para aquellos chicos que estaban encerrados, marginados, sin nada que hacer en sus hogares o que no se hacían conocer los problemas que se tenían, fue recibido con aceptación y alegría de parte de la sociedad de Gualeguay. Se comenzó a trabajar en una casa en Monte Caseros. Para recaudar fondos se hacían rifas, domas, ferias de platos, cenas; cada uno hacia lo que sabía y podía.
Lo que ha caracterizado a Lucecitas en toda su trayectoria es la armonía, el agrado de pertenecer a esa Comisión, era considera un privilegio, nunca hubo discusiones, cada uno opinaba, se debatía, se llegaba a un acuerdo siempre fue gratificante. Además estaba la alegría y la diversión con comentarios mientras trabajaban con dedicación y alegría. Siempre el alma de todos estaba llena de entrega y de gratificaciones.
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Personal docente, técnico, administrativo y directivo de "Lucecitas". (Año 2024). |
Al principio como no había directora ni personal capacitado para estar en la escuela, las profesionales venían de Gualeguaychú. En esa ciudad se ya dictaba la carrera de maestra especial y desde acá iban las maestras comunes a capacitarse.
El primer logro fue que a los chicos con capacidades diferentes lo atendieran las obras sociales, esta fue la base, la beca como lo dicen en FEDIM, lo que hoy se está arancelando. Los chicos tenían derecho a esto, pero ¿debían tener una pensión? Los trámites había que realizarlos en Buenos Aires, en los tiempos en que se transbordaba en balsa.
En la reunión dejaron de lado por un rato la parte administrativa y protocolar y volvió el recuerdo de las la tarea de la comisión para conseguir fondos, rifas de autos, vaquillas, domas y tantas ideas que iban surgiendo.
Ante la pregunta de que si los padres con chicos con discapacidades recibían bien la visita de la Comisión, colaboraban o se resistían para aceptar ayuda, Elena Saizar comenta: “Ofrecían resistencia cuando iba mi hermana Amema con Chola Rubio porque ellas sabían quienes tenían chicos con problemas. Los padres tenían resistencia para llevarlos a la escuela. Gualeguay era más chico, nos conocíamos todos. Hasta se hizo un proyecto de censo, pero al final no se aplicó. Siempre se tuvo fuertes vínculos con la Municipalidad y con todas las autoridades y en ese caso fue fundamental la condición de que Marilin y Augusto Bisso eran personas muy vinculadas, él por su profesión de abogado, político, nos vinculaba para todos lados; ella porque lo acompañaba y era muy sociable”.
Recuerdan que Augusto Bisso fue diputado, director del Banco de Entre Ríos; Carlos Izaguirre tenía contacto con amigos que eran aviadores. Había mucha vinculación Y en esa época se consiguió la granja. Elena Saizar rememora que la primera comisión fue integrada por gente que podía vincularlos desde su actividad, jefe de rentas, bancos, desde otro lugar diferente del familiar. En ese momento lo que se hacía en Lucecitas era un emprendimiento muy importante por eso fue clave que los integrantes de la primera Comisión fueran personas vinculadas y vinculantes.
El tema de la comunicación en esa época tenía mucho que ver, por eso es importante que después de varios años, llaman del hospital para comunicar que hay un niño con problemas, llama un pediatra para que nos acerquemos a una mamá. El tema de tener la Casita de Estimulación gratis para un chico que tiene un problemita momentáneo, que sea gratis, que no tenga que estar pensado en ir a Paraná, Buenos Aires o Puiggari, tener una base que lo oriente, que lo contenga, una referencia es de suma importancia.
PRIMERA COMISIÓN DIRECTIVA (FOTO):
Presidenta: Sra. María Amelia Saizar de Amado; Vicepresidente Dr. Augusto Bisso; Secretaria Sra. Nélida E.B. de Morisse; Pro Secretario Sr. Carlos Izaguirre; Tesorero Sr. Emilio Rubio; Pro Tesorero Sr. José Luis Ferreccio; Vocales Dr, Luis Turano, Sra. María Elena B. de Mihura, Sra. Mercedes D. de Boghossian, Sr. Emilio Chiozza, Sr. Raúl Manzán, Sr. Albérico Carboni. Vocales Suplentes: Sr. Arturo Visuara, Sra. Teresita D. de Telenta, Sra. Lidia C. de Saizar, Sr. Bernardo Etcheverry, Sra. Ana C. de Suárez.
Los recuerdos de Elena Saizar, Teresa Asckar y Chonina Brisso: “En la comisión nunca existió la falta de voluntad, las expresiones groseras, o la confrontación abierta. Los que hemos estado en la Comisión en estos 50 años, jamás tuvimos discusiones, ni exabruptos, nunca. Si en algo había diferentes posturas, éstas se arreglaban de la mejor forma. La ayuda espontánea y desinteresada era y es lo común, lo cotidiano. Y si había una palabra sagrada, era la de Amema”
Elena Saizar comenta: “Teníamos grupos de abogados, de arquitectos que nos daban ideas, consejos oportunos. La casa de Salta, actual sede, era una casa de familia, perteneciente a los abuelos de Marta Barroetaveña. Había que acondicionar las habitaciones para el funcionamiento de una escuela. Recuerdo que esa casa la iban a rematar. No tuvimos ningún inconveniente, nadie nos hizo ni una mínima objeción; lo pagamos como pudimos. Siempre nos encontramos con mucha amabilidad y disposición de la gente de Gualeguay.
Y LLEGÓ EL SERVICIO DE FIESTAS
Recopilamos
recuerdos: “Nosotros hacíamos ferias de platos; en una ocasión se casaba Daniel
Piquet con una chica de Larroque y nos propuso si queríamos hacer la fiesta de
casamiento al mediodía, eran 14 hermanos en esa familia… Chola Rubio dijo: “¡yo
hago la torta de milhoja!” Todas medias abatatadas, teníamos temor, pero cada
una hizo lo que sabía, todo salió muy lindo, una fiesta familiar hermosa.
Primero poníamos la vajilla de nuestra casa, los manteles eran las sábanas
de hilo bordado que nos habían regalado para el casamiento. La primera vajilla,
fue “durex toda la vida”. Con el tiempo nos fuimos perfeccionando hasta llegar
a tener un buen servicio, uno de los ingresos más importante para mantener la
escuela, cubrir algunos sueldos y las necesidades de los chicos.
Para las fiestas, las compras las hacía cada uno, según lo que le correspondía, según el plato que fuera a preparar. Se realizaban en el lugar indicado donde se tenía cuenta corriente. Cocinar, prepara ese plato, darse una ducha, poner cara sonriente, nada de cansancio e ir a servir. Después de eso, si quedaban cosas, las llevamos al domicilio para que la disfrutaran los dueños del festejo. Y luego se hacía un pequeño balance, cuanto habíamos cobrado y gastado y se lo entregaban a Emilio Rubio, tesorero en ese momento. Luego ingresó como tesorero el Sr. Ferreccio, que era empleado de banco.
El uniforme lo veníamos cambiando, era pollera con camisa, pantalones no usaban las mujeres, se comenzó a usar en la Rural, no hace muchos años, ya que el ambiente era propicio para eso.
Y los recuerdos siguen: “Con el servicio para fiestas hemos tenido viajes en los que salíamos un día y llegábamos el otro. Hemos ido a Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, a Eldorado, (Misiones). Y siempre está en nuestro recuerdo “Caracol” Domínguez, excelente asador, quien también fue el primer portero en ocasión de la fiesta de 15 de María Amelia Amado”.
Los recuerdos siguen, las anécdotas son incontables, los logros muchos más. Lucecitas es hoy una institución modelo, con sus distintas dependencias y especialidades. La Comisión es presidida por el Sr. Mario Amado (h), Mirta Messina es la apoderada legal, a quienes acompañan secretario, tesoreros y vocales. “Lucecitas” nació como una gran familia y lo sigue siendo por el bien de nuestra sociedad.
EN LA ACTUALIDAD (2022):
Personal
Directivo: María Cristina Figún: Directora fundadora, Lucrecia Paula
Legna, Rosa Martín, Élida Casagrande, (Pocha), Nilda Kober, (Marisa),
Mabel Possamay, Laura Manterola, Paola Costa, Gabriela Gianello.
Actualmente es Mariqui Terraza y vicedirectora Victoria Posamay.
*(Fuente: Diario EL DEBATE - PREGÓN).
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